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Peruanos Pintados por Goya
El español, Francisco de Goya es considerado uno de los grandes pintores de la historia. Existen dos peruanos que tuvieron el honor de ser pintados por el gran Goya, estos fueron José Miguel de Carvajal y Tadeo Bravo de Rivero.
José Miguel de Carvajal, Vargas y Manrique, II duque de San Carlos, nació en Lima en 1771, fue un noble que obtuvo la distinción de Grande España. Muy joven se mudó a la península ibérica, donde se desempeñó como Mayordomo Mayor del Rey. Cuando Napoléon invade España, el rey parte al exilio en Francia y el duque de San Carlos lo acompaña en su destierro en Valençay. Al regreso del rey Fernando VII a España en 1814, es nombrado Secretario de Estado, Teniente General y Mayordomo Mayor. Se le nombró también, director perpetuo del Banco de España y director de la Real Academia Española. Se le encargó dirigir la purga contra los llamados "afrancesados", españoles partidarios de Napoleón. Quedó relegado cuando se instaló un nuevo Consejo de Estado y se le designó para cargos diplomáticos en el extranjero. En España mantuvo amistad con el peruano José Baquíjano y Carillo, quien es considerado precursor de la Independencia del Perú. Don José Miguel de Carvajal murió en París, en 1828. El retrato de José Miguel de Carvajal fue pintado por Goya en 1815, cuando el duque de San Carlos ejercía el cargo de Secretario de Estado de Fernando VII, en la imagen, Goya muestra los ojos contraídos del duque, quien sufría miopía, que incluso, le llevó a perder el cargo de Secretario de Estado. El acabado y los detalles de la pintura reflejan el agradecimiento del pintor por las gestiones realizadas por el duque para exonerar al pintor, de las sospechas de la Inquisición. El cuadro se expone en el Museo de Zaragoza, en España.
Tadeo Bravo de Rivero Don Tadeo Josef Bravo de Rivero nació en Lima en 1754 (o 55), en el seno de una familia acaudalada. Muy joven se graduó como abogado en la Universidad Mayor de San Marcos, y consiguió que el rey Carlos IV concediera al Ilustre Colegio de Abogados de Lima los mismos privilegios de los de Madrid. A comienzos del siglo XIX se traslada a la Península, representando como miembro estante del Cabildo de Lima, en Madrid. Es allí donde entabla una amistad muy estrecha con el pintor Francisco de Goya, a quien admira y decide proteger. En 1806 Goya lo pinta de cuerpo entero, y escribe en el lienzo: "Don Tadeo Bravo de Rivero por su amigo Goya. 1806". Cuando en 1808, Madrid se engalanó para el regreso del rey Fernando VII, la casa de Bravo de Rivero lució pinturas en homenaje al Perú, que fueron dirigidas por Goya. "La Gaceta de Madrid" señaló que las obras representaban "la fidelidad limeña". En 1809, siendo regidor de Madrid, cuando el reino estaba bajo el mando francés de José Napoleón, Tadeo Bravo encargó a Goya la realización del lienzo "Alegoría de la villa de Madrid". Tras la muerte de don Tadeo en 1820, su retrato emprendió un periplo que lo llevó a Berlín y París, para finalmente recalar en el Brooklyn Museum de Nueva York. En 1931, la escritora Angélica Palma, hija del tradicionalista Ricardo Palma, pidió que la obra sea adquirida por el Ilustre Colegio de Abogados de Lima, algo que en la actualidad constituye un imposible, por el elevado costo que llegan a alcanzar las pinturas del gran pintor español. |