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El hombre del futuro podrá volar
El hombre del futuro podrá volar
El hombre del futuro podrá volar
Enaltecerá el amor espiritual. Estará libre de enfermedades. Vivirá en islas en el espacio.
Tantas especulaciones se han hecho sobre cómo será el hombre del futuro que decidimos consultar a un médium que a través de su videncia asegura que ha tenido contacto con seres de otros mundos, en donde existen civilizaciones muy desarrolladas. El médium Izaltino Barboza nos dice que nuestros descendientes serán bastante diferentes a nosotros y vivirán en un mundo en donde reinará la paz y el amor.
Esa humanidad estará, dice, libre de los impulsos de violencia estados deprimentes, vicios y pasiones inferiores que ahora reinan en la Tierra.
En época no muy lejana, cuando no hay pobres ni ricos, ni delincuentes, ni ambiciones y otras taras, Dios estará en el corazón de los hombres.
Habrán dos tipos de hombres. Los que usarán el pelo largo y sedoso, de color parecido a la arena de las playas y lo llevarán caído poéticamente sobre los hombros. Su piel será delicada, de un tono rosado y su fisonomía será tranquila.
Los ojos serán de un color ceniciento verdoso, o azul claro, límpidos, translúcidos e impregnados de una ternura que reflejará la paz del alma. Tendrán mayor estatura que la generación actual.
El otro grupo de seres humanos será a de menor estatura y de movimientos vivos, energéticos y decididos, denotando gran vitalidad.
Su piel será trigueña, cabellos negros, relucientes y se los recortarán. Ojos oscuros, castaños, aterciopelados que reflejarán una mezcla de energía y blandura.
El corazón lo tendrán nuestros descendientes con un ritmo inalterable, por estar virgen de estímulos perniciosos y excentos de las perjudiciales exaltaciones emotivas que irritan los sistemas simpático y parasimpático.
Debajo de los brazos se les desarrollarán protuberancias que les permitirán dar grandes saltos, o vuelos. Alzando los brazos y arqueando los hombros se les formará una membrana musculosa, como una ala que les dará mayor equilibrio y seguridad al elevarse.
Al desplazarse harán recordar a nuestros atletas de salto largo.
El vestido será de ropas radioactivas, confeccionados sin botones o costuras y producidos en serie. Se los pondrán por la cabeza y se adaptarán herméticamente al cuerpo, poseyendo la singular facultad de ayudar a regular la presión y la temperatura del cuerpo, según las modificaciones del medio externo.
En las zonas de altura o frígidas, ese vestido actuará sobre la médula ósea, estimulándola a producir mayor cantidad de glóbulos rojos, para atender las alteraciones rápidas de altitud.
Se ajustarán a la cintura cintos o fajas, en los cuales estará el centro de control del magnetismo circulante del traje.
Los zapatos serán de material transparente, flexible y adaptable exactamente a los movimientos anatómicos de los pies delicados y sin callosidades que tendrán los hombres del futuro, por haber eliminado de la alimentación minerales afines con la gravedad de la tierra.
Las mujeres se vestirán igual que los hombres, sin embargo, la mirada sutil podrá notar graciosos toques e indicios que las identificarán. Un arete, un adorno, o cualquier otro pequeño adorno las distinguirán.
Como el sexo habrá sido superado, no habrán curiosidades ostentosas a las identificaciones exteriores, pues el equilibrio emotivo reposará en los afectos duraderos que miran a los planos divinos y eternos, en vez de los superficialismos humanos de carácter transitorio.
Las mujeres participarán en todas las actividades comunes o excepcionales del mundo, con las mismas prerrogativas que los hombres.
Ellas tendrán puestos esenciales, pues con sus sentimientos delicados y ternura, influirán en el carácter del hombre, llevándolo hacia la ruta de la honestidad y reformando la estructura moral de la conciencia colectiva.
La alimentación será sin toxinas que desarmonizan la irrigación sana de la piel y los músculos. Se eliminarán las carnes, para preferirse la alimentación a base de jugos, pastas, tabletas, tortas de harina y aceites aromáticos, vegetales tiernos y frutas gelatinosas.
Esto permitirá que tengan una dentadura donde habrán desaparecido los dientes caninos e incisivos, predominando los premolares y molares, casi idénticos entre sí.
La dentadura será perfecta, semejante a collares de la mas admirable simetría, permitirá no hayan deformaciones faciales, tan peculiar en los hombres actuales por los esfuerzos y movimientos irregulares que hacen con el maxilar inferior a la hora de comer.
El matrimonio seguirá siendo inevitable en los hombres y mujeres del mañana. Pero a diferencia del exagerado sentimentalismo y los juramentos ardientes de la actualidad que muchas veces termina en hogares convertidos en un infierno, los jóvenes del futuro tendrán noción del amor verdadero que proviene de la realidad espiritual y de la responsabilidad que significa formar un hogar.
Será en las relaciones conyugales en donde el hombre del mañana estará mas avanzado.
Estará libre del imperio del sexo y considerará el intercambio sexual como sagrada ocasión creadora y no como una sensación física propia de seres inferiores.
A la hora del nacimiento de una criatura, el parto será un acontecimiento excento de toda preocupación, sin dolores y se realizará dentro de la más impecable serenidad y ritmo funcional. Esto gracias a los recursos de la medicina más adelantada y a la nutrición sana y energética, unida a la armonía y la ausencia de desordenes emotivos.
En cuanto al trabajo, el hombre del mañana laborará sin afán de lucro o movido por la obligación de ganarse la vida.
No se sacrificará la calidad por la cantidad, sino que se tratará de producir lo mejor en un periodo de tiempo razonable que permita en ciertas circunstancias, culminar la tarea en pocos meses y dedicar los meses restantes al estudio, viajar o poner su tiempo al servicio de la comunidad o de la investigación. Harán periódicos viajes espaciales a otros planetas.
“Algunos representantes de los hombres del futuro están llegando a la Tierra procedentes de mundos mas evolucionados. Nosotros no los comprendemos porque pensamos que vienen a “atacarnos” o “dominarnos”. Pero llegará el tiempo en que nos pongamos en contacto con quienes nos llevan la delantera en el progreso evolutivo y en la reintegración al Creador, señala el señala el médium Izaltino Barboza.