HOY, 22 de Diciembre de 2024


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Las reencarnaciones de Alan García

Las reencarnaciones del expresidente Alan García

Alan García fue gladiador en una vida pasada

El presidente Alan Garcia es un espíritu antiguo que ha tenido numeross reencarnanciones y ha avanzado paso a paso a través del tiempo, hasta convertirse en el líder político que es ahora. De acuerdo con un estudio retrospectivo realizado por la vidente brasileña Joana Mejía, el presidente Alan García fue en otras encarnaciones luchador, soldado, general, gobernante, gladiador, poeta y escritor.

Mejía lo "ve" como importante líder en la época de los faraones egipcios. Era la época del faraón Ramsés II y Alan que era cobrador de impuestos, destacó por su verbo florido y su capacidad organizativa y llegó a escalar altos cargos hasta ponerse al lado del faraón como su asesor. Pero su manera de ser dubitatitivo y poco confiable, le granjearon enemgos que al fin lograron defenestralo e hicieron que el faraón lo deportara hacia Etiopía, en donde llegó a ser respetado por sus dotes de estadista.

Más tarde Mejia lo "encuentra" como gladiador, luchando en las arenas del coliseo romano durante el reinado del emperador Marcus Aurelius. Era arriesgado y decidido, además de ser alto y fornido, lo que lo llevó a ejercer la profesión de luchador que era bien remunerada en esa época y le permitía tener todas las mujeres que deseara.

Desde la arena del circo se alzó como héroe del pueblo romano y su ambición lo llevó a confabular con el hijo de Marcus Aurelius contra el emperador, granjeándose enemigos que lo acusaron de traidor y que acabaron por eliminarlo.

Después tendría dos encarnaciones importantes en los imperios inca y azteca, recogiendo experiencias sobre la vida comunitaria y el socialismo que predominaban en ese entonces en esas culturas. Desde esa época se sintió predestinado para llevar a cabo grandes empresas como conductor de pueblos.

Según la vidente Joana Mejia, Alan vivió en la época del inca Manco Cápac, siendo testigo del nacimiento del imperio incaico que tuvo una ejemplar organización comunitaria que le permitió expandirse y dominar gran parte del territorio de Sudamérica.

Mejía en su visión retrospectiva ve que Alan se casó y tuvo tres hijas. Heredó tierras y se hizo curaca. Hacía obras con los pocos recursos de que disponía. Ayudaba a los más necesitados y fue muy querido. Su nombre fue Ñahui.

En una de sus últimas encarnaciones nació en México siendo hijo de un curaca acaudalado y que tenía muchos títulos. Su madre fue azteca y su padre español. A su padre le correspondió gobernar el hoy Estado mexicano de Guanajuato.

Alan fue líder y llegó a reemplazar a su padre como gobernador y tuvo un pésimo gobierno que originó que fuera expulsado. Mas tarde volvió y en su segundo periodo gobernó con mucho criterio. Reformó leyes, mejoró la situación de los pobladores y se enfrentó a los explotadores.

Mejía señala que con frecuencia las reencarnaciones se producen en una misma época y en el mismo país por parte de grupos de personas que vienen al mundo con propósitos de ayudar a que los pueblos progresen y vivan en paz. Esas encarnaciones permiten que esas personas trabajen con mayor facilidad, ya que se conocen y tienen los mismos principios.

Lamentablemente, los buenos propósitos que tienen antes de encarnar, lo olvidan y una vez en el plano físico terrenal se dejan llevar por la ambición, las ganancias fáciles y el poder que sólo dura una vida humana y terminan perjudicando a las poblaciones, en vez de lograr que puedan progresar. Esto ha ocurrido repetidas veces con Alan Garcia en vidas pasadas. Es por eso que en este tránsito de su vida, como Espíritu, Alan García trata de corregir sus errores y hacer ahora un buen gobierno, para que lo recuerden como un buen gobernante que tabajó por el bienestar de su pueblo.